domingo, 23 de marzo de 2014

Educación Emocional

     La educación no se basa solamente en transmitir conocimientos sino, también, en enseñar a los/as alumnos/as buenos valores para vivir en sociedad y saber comportarse en la vida cotidiana afrontando mejor los retos que se les plantean. Hasta hace 20 años muchos centros educativos carecían de este hecho, los docentes se implicaban con los estudiantes, pero priorizando sus preferencias, considerando más relevante los aspectos cognitivos, fundamentalmente el objetivo era conseguir buenos resultados y rendimiento educativo.
Imagen extraída de: ahorasoymama.com
      Es necesario hacer conocer a los estudiantes desde la primera etapa escolar, cómo se siente y qué es lo que piensan, y a su vez el entorno que les rodea. Por tanto, es fundamental fomentar las relaciones interpersonales entre los/as alumnos/as, desarrollando así su aprendizaje aprendiendo a vivir juntos, participando y colaborando en las actividades cotidianas, y también a ser autónomo, y para ello hay que saber reconocer las emociones y sentimientos, por lo que es necesario profundizar en los valores y el respeto de los niños, para que adopten actitudes adecuadas.


   “El Informe Delors (UNESCO 1998) afirma que la educación emocional es un complemento indispensable en el desarrollo cognitivo y una herramienta fundamental de prevención, ya que muchos problemas tienen su origen en el ámbito emocional.”[1]

    En ocasiones, la inexistencia de la motivación por parte del alumnado, y los inadecuados comportamientos o conflictos, se les relaciona con familias desestructuradas o de clase baja o incluso a la mala educación por parte de los padres y madres. Para “Moreno (1998) muchos de estos problemas serían mayoritariamente consecuencia del escaso conocimiento emocional que poseemos de nosotros mismos y de los que nos rodean. A lo largo de toda la vida se pueden producir conflictos que afectan al estado emocional y que requieren una atención psicopedagógica.”[2]

     En 1993, gracias a la teoría de las inteligencias múltiples de Gardner, publicada por Goleman, los centros educativos empezaron a darle importancia a la educación emocional, considerándola como fundamental dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Imagen extraída de: bibliodiversia.com
   Para Rafael Bisquerra, catedrático de Orientación Psicopedagógica en la Universidad de Barcelona, la educación emocional es la creación de un aprendizaje que cumple con las necesidades sociales no atendidas del alumnado en los centros educativos. La implantación de esta educación ha supuesto actualmente, la mejora del bienestar personal y social.

     Para desarrollar y entrenar la inteligencia emocional de los niños tenemos que tener en cuenta unos aspectos básicos, concretamente cuatro. Las emociones propias son imprescindibles para conocernos a nosotros mismos y a su vez, que los que nos rodean interpreten nuestros sentimientos. También es fundamental la autobservación identificando así las emociones, y la empatía para poder comprender cómo se están sintiendo las demás personas. La autoregulación es otro de los pilares esenciales que forma parte de la práctica de esta educación, facilitando habilidades para conseguir que controlen sus emociones y siendo capaz de expresarse, canalizando sus sentimientos de manera que mejore las relaciones, alcanzando así sus metas y aumentando su motivación y autoestima. Además, se puede desarrollar estos conocimientos, realizando actividades que se adecuen a los intereses de los niños, y dónde puedan expresarse, como por ejemplo el baile.

    En definitiva, la asertividad, la empatía, la autorregulación, la autoestima y otras habilidades sociales, como se ha mencionado anteriormente, pueden enseñarse y llevarse a cabo de la misma forma que otros tipos de conocimientos. Pero como hace años la educación emocional no se llevaba a cabo en el sistema educativo, en la actualidad muchas personas pueden que no tengan el desarrollo adecuado de emociones, por lo que pueden llegar a ser competencias desconocidas.


La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón. Howard G. Hendricks.
 
Imagen extraída del Twitter: @tiching




[1] COLLELL, J., ESCUDÉ, C. (2003). La educación emocional. Revista de los maestros de la Garrotxa, año XIX. pp. 1. Recuperado el 10.03.2014 de: www.xtec.cat/~jcollell/ZAP%20Trac.pdf
[2] COLLELL, J., ESCUDÉ, C. (2003). La educación emocional. Revista de los maestros de la Garrotxa, año XIX. pp. 1. Recuperado el 10.03.2014 de: www.xtec.cat/~jcollell/ZAP%20Trac.pdf




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