martes, 25 de marzo de 2014

Todos somos maestros

  ¿Qué es la educación? Que pregunta tan sencilla pero a la vez tan compleja, muchos dirán que valores, otros que conocimientos, y algunos demás que una mezcla de ambas, pero en todo esto, ¿Dónde queda la sabiduría interna? ¿Dónde se encuentran los sentimientos?, en la película-documental, Entre maestros, dirigida por Pablo Usón, y basada en el libro escrito por Carlos González, Veintitrés maestros, de corazón. Un salto cuántico en la enseñanza, se nos abre un mundo nuevo en la educación, un mundo orientado a los sentimientos que cada alumno/a y cada profesor/a puedan llegar a tener, llevando de este modo hacia otro nivel este término llamado educación.


   En infinidad de ocasiones todos nos hemos preguntado para que sirven las ecuaciones o el análisis de los átomos que puedan tener un elemento cualquiera para nuestra vida cotidiana, pero pocas han sido las veces en las que la pregunta fuera en qué nos servirá algo tan normal como los sentimientos para educarnos y formarnos. Vivimos de sensaciones, de emociones y pensamientos, todos en nuestro interior poseemos una sabiduría que no nos atrevemos a trasmitir a los demás, una sabiduría que  puede ayudar a los que nos rodean, y que puede hacer que nuestros objetivos y metas sean posibles de alcanzar. 
 Imagen extraída de: eljuegoenlaeducacioninicial.blogspot.com 



   Los sentimientos no es algo que se entrene, que se decida cada vez que queramos, surge de la nada, de experiencias y equivocaciones, paradójicamente, como el propio conocimiento que estudiamos en libros. Es difícil cambiar una mentalidad de la noche al día, por lo que resulta también complicado que la forma de educar que se tiene también varié, pero sin embargo, si se pudiera actuar al margen del sistema, de las leyes y las normas dictadas por otros que no conviven diariamente con la educación, podría existir un desarrollo personal de los alumnos/as mucho mayor del que se da, y por consiguiente, unos resultados académicos más óptimos, y sobre todo, una sociedad mucho mejor.
     
    Aquí se queda la dualidad, seguir lo dictado por el sistema y crear mentalidades y conocimientos estándares que estén sujetos a libros, o por lo contrario, hacer de cada alumno/a un nuevo mundo, aprovechando su sabiduría propia e innata. Como expresa Carlos González al comienzo del filme, “el fracaso seria no hacerlo, no intentarlo”, todos tenemos algo que aportar, todos somos maestros, así que vamos a dotar la educación de sentimientos, positivos o negativos, da igual, pero sentimientos al fin y al cabo, que nos hagan ver las cosas desde otro prisma, que nos haga comprender que el mundo no solo se mueve por conocimientos vacíos sino se tiene una dirección en la que ir.


Vídeo extraído de YouTube

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